Qué comer en Chicago

Qué comer, dónde, cuáles son los mejores restaurantes y bares, dónde encontrar sitios con encanto… Todas estas preguntas que uno se hace de forma previa a un viaje, han de ser tenidas en consideración, si no queremos acabar comiendo todos los días en famosas cadenas de comida rápida y perdernos parte de la auténtica idiosincracia de aquellas ciudades o pueblos que visitamos, pues la gastronomía forma parte esencial de la cultura de un lugar, y por tanto, de las experiencias viajeras.

Aunque mis manías para la comida me limitan bastante, lo cierto es que me gusta degustar al menos unos cuantos platos típicos, como en su día hice en mi aventura en Marruecos.

Así, de Chicago, os dejo con una serie de recomendaciones que espero tengáis en cuenta si planeáis alguna escapada a la Ciudad del Viento:

COMIDA TÍPICA

1- La deep dish pizza 

La famosa pizza de Chicago es sin duda uno de los platos esenciales que hay que probar. Es diferente a lo que estamos acostumbrados por aquí y es deliciosa. Tiene 20 cm de radio y 10 cm de altura!!! Hay muchos restaurantes donde las preparan y las venden enteras o por porciones, pero sin duda el más famoso es Giordano’s, que encontraréis prácticamente por todo el Loop. Nosotros estuvimos en la que está al lado de la Willis Tower.

2- Hot dogs

Los perritos calientes al estilo Chicago son otro must gastronómico de la Ciudad del Viento. Su peculiaridad radica en que añaden pepinillos, tomate, pimiento verde troceado y cebolla. Totalmente recomendables, me encantaron. En cuanto a lugares de interés, sin ninguna duda hay que visitar The Wiener’s Circle, donde os servirán unos deliciosos perritos calientes entre insultos.

3- Emparedados de carne a la italiana

Están hechos de pan blando, rellenos con carne de res desmenuzada (similar al pastrami) y pepinillos y cebolla. Están muy ricos, si bien tampoco son nada del otro mundo (al menos si los comparamos con los bocadillos de carne mechada que tenemos por aquí por Canarias). Entre los lugares más recomendables están: Al’s (el que visitamos nosotros), en la 169W de Ontario St. o también Mr. Beef, muy cerquita, en la 666N de Orleans St. Las paradas de metro más cercanas son Grand (línea roja) y Chicago (línea marrón-elevator).

SITIOS CURIOSOS

1- McDonald’s Rock’n Roll

Es uno de los Mc Donald’s más famosos del mundo. Su estética y su pequeño museo anexo, dedicado íntegramente al Rock’n Roll, lo convierten en uno de los restaurantes más chic de esta famosa cadena americana. Está ubicado en el 660N de Clark Street.

2- Hard Rock Café

Similar al de otras ciudades, un café muy bohemio, homenaje a estrellas del rock y el pop, con un exterior llamativo (con una enorme guitarra en su fachada). Está situado justo al lado del McDonald’s Rock’n Roll.

3- Ed Debevic’s

Con la estética de los más famosos bares de carretera de la Ruta 66, este local es uno de esos sitios curiosos que no dejan indiferente. Planteado quizás hacia la celebración de cumpleaños y eventos, con un toque incluso infantil, ofrece unas ¡dios mío qué deliciosas! hamburguesas gigantes con papas fritas, así como milkshakes y unas ¡voy a morir de placer! tartas, que aunque algo caras, hay que degustar.

Por su decoración, por los bailes que los camareros hacen sobre la barra para animar, por su comida y su ubicación (640N de Wells St., cerca del Al’s y del McDonald’s Rock’n Roll) está en esta lista de recomendaciones.

4- Restaurante de la Willis Tower

No es barato, no es fácil conseguir mesa (al menos en fin de semana) pero tiene las vistas más impresionantes que os podáis imaginar. Cenar ahí es lo más cool, in, chic… y todos aquellos adjetivos cuquis que se os ocurran.

Cuenta con dos plantas, ubicadas justo encima del Observatorio de la torre. La primera de ellas es de restaurante y la segunda es de lounge, donde tomar una copa.

Es una buena opción para quienes deseen ahorrarse el dinero de la visita al observatorio (que no es nada caro por cierto) pues subir es gratis. Nosotros lo hicimos, vimos el lugar y volvimos a bajar, ni siquiera tomamos nada. Eso sí, al ser sábado noche, tuvimos que hacer una media hora de cola tan sólo para coger el ascensor.

5- Noodle’s & Company

Lo incluyo en la lista porque es un sitio delicioso, súper barato y en pleno centro, enfrente de Millenium Park. Los noodles y las pastas son recién hechas y muy muy buenas y no supera los 10$ por cabeza, incluyendo la bebida.

6- Pasta Bowl

En la línea del anterior, es un sitio con buenos precios y pasta recién hecha, por cocineros italianos, muy rica. Recomendable. Situado en la zona de Lincoln Park.

7. Clark & Dogs

Este sitio nos quedaba cerca de donde nos estábamos quedando pero la verdad es que fue un acierto total. De hecho, a lo largo de nuestras dos semanas de estancia fuimos dos veces (el primer y el último día). Las hamburguesas son impresionantemente buenas!

LOS MEJORES DULCES

1- The cheesecake Factory

Para los golosos como yo, ésta es una parada obligatoria y además fácil de encontrar, pues está a los pies de la Hancock Tower. Su especialidad son, como su propio nombre indica, las Cheesecakes, las clásicas vienen con unos sabrosos fresones por encima. Pero si no os gusta el queso, como a mí, o puede que os apetezca más algo de chocolate, la tarta de Oreo es también famosa.

Se puede pedir para llevar o bien para comer dentro. Pues el local tiene también restaurante, no muy caro, pero en fin de semana puede que cueste un poco coger mesa, y quizás sea necesaria una espera de media hora o más.

2- Hershey’s

Es la compañía chocolatera más importante de los Estados Unidos, una de las más antiguas y además la principal importadora de cacao a Canadá. Su nombre es famosos por sus barras de chocolate, aunque en la actualidad cuentan con una amplia variedad de productos y merchandising. Aunque a las afueras se ofrece algún tour por sus fábricas (lo cual me parece ya exagerado para un turista, por muy goloso que sea), la visita a su tienda del loop puede ser la mejor opción. Ubicada en el 822N de Michigan Ave., justo enfrente del centro comercial Water Tower Center.

En su interior hay además una pequeña cafetería con mesitas, donde poder degustar desde un chocolate caliente, a tartas o tentadores cupcakes como éste que me brindé como homenaje:

3- Sugar Bliss cake boutique

Aquí encontraréis vistosos cup cakes, tartas y dulces varios. Está ubicada detrás del Chicago Cultural Center (frente a Millenium Park), justo entre Washington y Randolph St. con Wabash Ave.

4- Dunkin’ Donuts

Por supuesto, el que nunca falla, mi adorado Dunkin’ Donuts, donde nunca te aburres de la enorme variedad de donuts que tienen y uno de los mejores hot chocolates del mundo!

Un hot dog Chicago entre insultos

The Wieners Circle Chicago

Toda ruta gastronómica que se precie por la Ciudad del Viento debe incluir sus famosos perritos calientes, pero si además de probar estos deliciosos hot dogs al estilo Chicago (con pepinillo, tomate, pimiento verde picado y cebolla), podemos vivir una experiencia cuanto menos insólita, el plan triplica su atractivo.

Y dicha experiencia la encontraréis en uno de los más famosos y televisivos locales de la ciudad, The Wiener’s Circle, en el 2622N de Clark Street, en la zona de Lincoln Park, donde os insultarán nada más entrar, al pedir, mientras coméis y también como despedida. Sí, sí, habéis leído bien… el sitio es famoso por insultar a los clientes, lo que lo convierte en una divertida anécdota para el recuerdo.

Nada más llegar tuvimos una primera y loca dosis de insultos, cuando uno de los chicos del grupo se trabó abriendo la puerta y la camarera le gritó: «Pull hard motherfucker, PULL HARD YOU PUSSY…», a partir de ahí os podréis imaginar el resto… risas, risas y más risas!!! Lo importante es contribuir al «juego», pidiendo recomendaciones de comida, etc… Eso sí, si no quieres no insultes, tan sólo déjate insultar! jeje Es terapéutico, un desahogo de los buenos!

En nuestra visita a este amable bar, vivimos también un momento baile de los dos camareros, que incluyó una subida de camisa de la chica, sin sujetador y en pleno baile!!! Uno piensa que estas cosas pasan sólo en las películas pero este bar existe… y creedme, merece la pena visitarlo.

La comida muy rica, recomendable el perrito caliente y las papas o patatas fritas. Abren de domingo a jueves de 10:30 a 04:00 y viernes y sábados de 10:30 a 05:00, pero lo de los insultos es a partir de las 20:30.

Cómo comenzó lo de los insultos

Se dice que lo de los insultos comenzó una noche en que el dueño del puesto se dirigió a un cliente llamándolo «tonto del culo», y a partir de ahí se empezó a correr la voz y vieron que el tema funcionó y hoy en día es uno de los sitios más conocidos de Chicago, entre visitantes locales, pero también entre turistas. Hay cientos de vídeos en la red de visitas al The Wiener’s Circle, e incluso varios programas de televisión.

La Torre Willis, el rascacielos más alto de Chicago

Conocida como Sears Tower hasta 2009, la Willis Tower de Chicago (que debe su nombre actual a la compañía aseguradora de Londres Willis Group Houlding), es el rascacielos más alto de la ciudad de Chicago, y fue durante 20 años el edificio más alto del mundo. Mide 442 metros de altura, sin contar las antenas, y fue diseñado por Bruce Graham, quien dispuso, como elemento más destacado de su arquitectura, y como principal atractivo turístico, el famoso Skydeck o Ledge, una estructura de metacrilato suspendida en el aire en uno de los laterales de la torre, en la planta 103, a 412 metros.

La visita al Skydeck es uno de los must de Chicago, no sólo por las espectaculares vistas que ofrece, sino por las sensaciones que proporciona. Y es que subirse a esa plataforma flotante es una experiencia única y no muy cara (18 dólares por persona). Por lo demás, las vistas desde el resto de la planta no tienen nada que envidiarle a las de la Torre Hancock o cualquier otro rascacielos.

Elegir con cuidado la visita

No dejes la visita a la Torre Willis para los últimos días, porque puedes correr el riesgo de que te pille un día feo (nublado o con lluvia o tormenta de nieve) o bien que no puedas subir. Sí, sí, has leído bien. A nosotros nos pasó la primera vez que fuimos. Pagamos nuestra entrada, empezamos la cola, y a la media hora nos avisan de que cierran el Skydeck por los fuertes vientos… Es lo que tiene visitar la Windy City. Así que la opción era subir y perdernos la experiencia del Skydeck (lo cual es ridículo) o volver otro día. Y eso hicimos, volvimos al día siguiente.

Si en pleno invierno tuvimos que soportar las interminables colas (para subir pero también para bajar) y las «peleas» una vez arriba para coger espacio a solas en el skydeck, no me quiero imaginar en verano. Los visitantes con City Pass se saltan gran parte de estas colas, así que no está de más valorarlo. La verdad es que la visita es algo pesada, nos quitó dos tardes y media, pero no nos arrepentimos de haber ido, hay que ir, sí o sí.

Un atardecer mágico

Al igual que hicimos en nuestra visita a la Hancock Tower, decidimos subir de día para luego disfrutar del atardecer y las vistas nocturnas de la ciudad. Tampoco aquí hay límite de hora arriba. Pero entre lo que se tarda en subir y luego las colas para bajar, te quita mucho más tiempo que la visita al Hancock.

El sol se puso justo enfrente del Skydeck, cubriendo con su anaranjado manto toda la ciudad, mientras el negro se abría paso entre los rascacielos, brindando una estampa mágica, de esas que se recuerdan siempre. Totalmente recomendable.

Subir a la Hancock Tower en Chicago

Visitar Chicago, ya sea en invierno o en verano, incluye una parada obligatoria en la Hancock Tower. Y es que el observatorio, ubicado en el piso 94, ofrece una de las mejores vistas de la ciudad, de norte a sur y de este a oeste, abarcando los 360 grados (incluyendo la cafetería que está ubicada en uno de los laterales de la torre).

Con sus 344 metros de altura, la torre John Hancock fue, desde su inauguración en 1969 y hasta 1973, el edificio más alto de la ciudad, siendo superado en ese año por la Aon Center. Asimismo, entre sus reconocimientos, destaca -según dicen- por tener el ascensor más rápido de todo el país.

La Hancock ofrece unas vistas increíbles, y, como en la mayoría de los observatorios de este tipo, lo mejor es subir un poco antes del atardecer para disfrutar de las vistas de día, durante la puesta de sol y de noche, pues no hay límite de tiempo una vez que se esté arriba.

Nosotros tuvimos la suerte de estar prácticamente solos la mayoría del tiempo y ya justo antes del atardecer, compartimos las vistas con unas 8-10 personas. Es otra de las ventajas de visitar Chicago en invierno.

Precio: 18 dólares

Ubicación: 875 N Michigan Ave.

Horario ideal para la visita: (invierno) 16:30-18:30

Visitar Chicago en invierno

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Hay ciudades que no basta con visitar una vez en la vida… Y no me refiero al lujo de querer repetir por placer, o a la necesidad de volver porque te han faltado días para verlo todo. Nada de eso. Me refiero a ciudades que puedes redescubrir según la estación del año en las que las visites.

Ese es el caso de Chicago. Estoy convencida de que la ciudad que yo estoy conociendo ahora en pleno invierno poco tendrá que ver con el Chicago que otros viajeros se encuentran durante los meses de verano.

En estos días (y los que aún me quedan hasta concluir mi aventura) vivo un sueño. Un manto de nieve que cubre calles, casas y coches me deja maravillada cada día (tened en cuenta que es una estampa bastante inusual para una canaria como yo).

Pero el frío no da tregua, de momento las temperaturas han estado entre los -9 y los -16 grados centígrados, lo que hace imposible pasar una tarde entera de paseo sin entrar a algún sitio, porque el cuerpo se congela. Creo que puedo afirmar sin miedo a equivocarme que nunca había pasado tanto frío.

Afortunadamente, Chicago es una ciudad preparada, como lo están también sus gentes, así que no hay que temer el visitarla en invierno, porque merece la pena.

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